Reseña de la Pelicula 7 filos

El día viernes 31 de enero de 2025 asistí a un hecho histórico, que fue ir al Cineclub de la primera imprenta de la UAM a ver una película de ficción hecha en lengua Seri o Cmiique itom al 100%. Su nombre es “Xiica Cmotomanoj” traducido al español como “7 filos”. La lengua concaác está considerada del filum aislado y se habla en parte de las cosas del estado de Sonora por quienes los yaquis fueron bautizados antes del siglo XIX como los “gigantes de la gente del desierto” o los Seris y que a si mismos se nombran con el gentilicio Con caác. 

México actualmente tiene un reducto de 68 lenguas originarias que se conservan, es lo que queda de cientos de lenguas que debieron hablarse antes de la llegada de los españoles, algunas tienen hablantes de forma numerosa como el mixteco, el nahuatl o el ñhañu, pero por la propia complejidad de la historia y de condiciones diversas desde hace más de 500 años, las lenguas del Norte de México tienen menos hablantes, ya que en esos territorios se mantuvo un genocidio y exyerminio constante y no sólo hubo colonia sino que se llevó la dominación de la conquista aún a costa de exterminar las poblaciones originarias enteras.  Hay pueblos de los que ya no se conservan palabras como lo sería del guachichil, guamara, copuce o tecuece. Son pueblos que conforman lo que Paul Kirchof llamó Aridoamérica, muchos de ellos han ido perdiendo sus hablantes a lo largo de los siglos, algunos sobreviven con pocos hablantes como el guarijío, kikapú, o el o ótham, sin embrago hay lenguas que se hablan en el norte del país que siguen vivas, que se actualizan constantemente y sobre todo que se valen de nombrar nuevos elementos culturales en su idioma o bien  que reviven constantemente canciones y dichos para mantener tradiciones y cosmogonía en uso y cada palabra contiene conocimientos acumulados de la cosmogonía del grupo. Tal es el caso del idioma cmiique litom o seri. Algunos autores como Moser citado por Beatriz Branif (1976) consideran que “en la época prehispánica estaban organizados en seis bandas con espacios territoriales reconocidos los tepocas o salineros, los tioteños, los tiburones o seris, la gente del desierto, los upanguaymas y los de la Isla San Esteban”. Por las persecuciones y las dificultades propias del territorio desértico, se fueron concentrando sobrevivientes de lo diversos grupos en la costa que queda detrás de la sierra Seri (ya que en ciertas épocas el agua del mar baja en el llamado “estrecho del infiernillo” y esto les permitía ir a la Isla más grande del territorio mexicano La Isla Tiburón y allí resguardarse), aunque debían usar técnicas de recolección de agua y sobrevivencia muy duras ya que en la sierra y en la isla al no haber fuentes de agua dulce potable, la vida para los humanos es complicada. 

Según Maya Lorena Pérez “actualmente los concaác  habitan en dos localidades de la costa desértica del estado de Sonora. El Desemboque y Punta Chueca. Y periódicamente y de acuerdo a los ciclos de pesca se distribuyen en campamentos pesqueros a lo largo de la costa lo largo de su territorio de aproximadamente 100 km de litoral” (Pérez 1995: 367). 

Al ser un pueblo nómada que durante el periodo colonial no asumió la práctica de la agricultura, estuvo marcada su relación con evangélicos y gobierno mexicano como un pueblo tachado de “belicoso”. De hecho por muchos años el contacto y la estancia entre ellos siempre fue algo complejo, se cuentan apenas muy pocos misioneros, viajeros o antropólogos, que convivieron entre ellos, aunque existen historias como las de McGee que en 1898 que hizo un extenso libro a parir de su estancia de algunos días entre ellos, ya que por casualidad fue buscado para curar a una mujer importante de la comunidad seri que necesitaba medicinas y que al brindárselas,  tuvo confianza para mantenerse unos días en sus tierras, sintiendo mucha curiosidad posteriormente, siguió buscando información de ellos, pero basó algunas de sus descripciones en palabras de rancheros que estaban en guerra con ellos en ese momento, por lo que los prejuicios de la época marcaron parte de su investigación. Otros pocos antropólogos tienen publicaciones, como Kroeber que en 1931 hizo una monografía que significó el primer estudio etnográfico comparativo y para ello se basó en sólo 6 días de estancia entre ellos. Más cerca de nuestro milenio la antropóloga Alejandrina Espinoza (1997) ha publicado estudios sobre la pintura facial (hecho a partir de su trabajo por más de seis años en la Unidad Regional de Culturas Populares del estado), donde recopila pinturas faciales que se hacen hombres y mujeres en sus diversas festividades y que usan como práctica ritual en diferentes aspectos de la vida cotidiana como recolección y caza, así como en tiempos sagrados como lo son las fiestas de pubertad, luto, año nuevo serí, la terminación de una corita grande y especialmente la fiesta de una tortuga que llega a las playas llamada 7 filos o Cahuama (Dermochelys coricea oreacea),  que cuenta la leyenda, era una mujer que se perdió en el mar y se volvió tortuga, y cuyas hermanas y hermanos querían tanto, que se convirtieron en los  filos que tiene la especie de tortuga negra para acompañarla siempre, estas tortugas gigantes cuando son bebes son llamadas “cosa tierna pequeña” y esta especie de tortuga está ligada  a mitos que se cuentan en la fogata o bien se recuerdan con canciones y antiguamente tenían una celebración. 

La población concaác se ha dedicado a la pesca y desde los años 70´s a la venta de artesanías y algunas formas de turismo y caza de venado cimarrón. En 1936 el general Lázaro Cárdenas organizó cooperativas de pescadores, desde entonces se construyeron casas de asistencia social que por su tamaño y ubicación suelen ser muy calientes en época de verano, por lo que no es difícil ver por las mañanas a las familias que bajan de los techos de las casas donde han pasado la noche. En los años 60´s la política indigenista se interesó en llevar antropólogos como Margarita Nolasco que tuvo una breve estancia entre ellos y obtuvo muchas fotos que se conservan en diapositivas en resguardo del entonces Instituto Nacional Indigenista. Pocas personas han vivido por años en su territorio tal es el caso del matrimonio de los Moser que llegaron como parte de la Escuela Lingüística de Verano a aprender su idioma (responsables de que exista una traducción de la biblia en ese idioma) “recopilaron una serie de materiales de alfabetización que incluyen cuatro cartilla, un libro para aprender seri-español a través de dibujos y Edwar Moser ha publicado tres mitos” (Moser 1994:188) y narraron etnobotánica y  prácticas culturales como la cerámica de huevo que es rara por ser muy delgada, la creación de collares y las coritas gigantes (por lo que son famosos como artesanos sobre todo en museos de USA)  o la creación de un pan de algas marinas único en el mundo. Otras personas que me vienen a la memoria que influyeron en el conocimiento que se tuvo de ellos fue Francisco Rojas González, escritor de guiones de cine, etnólogo y literato (aunque no sabemos si estuvo en territorio) pero escribe influenciado por la política indigenista el famoso  libro de “Lola Casanova” en 1947 del cual existe una extraña película de 1949 de la directora Matilde Landeta. 

Entre las personas que tuve el honor de conocer hace ya más de 25 años está la maestra Marilú que se casó con un importante hombre de la comunidad y que por años fue la maestra de primaria del pueblo. Son pocas, lo reitero las personas que han sabido acondicionarse a la vida que no está exenta de dificultades, no sólo por la falta de agua potable, la contaminación de plástico en el territorio y desde los años 70´s el uso indiscriminado de drogas y alcohol promovido por gente que no pertenece en principio a la comunidad.  

Este tema justo será uno de los tratados por la película ”Xiica Cmotomanoj”  7 filos. Del director mexicano Antonio Coello, quien es hijo de antropólogos y menciona que este hecho marcó su vida desde pequeño.  Y siendo ya adulto se decidió a vivir en los municipios donde hay población    concaác y va a hacer una película con un guion hecho bajo metodología comunitaria y participativa donde sobresale Valentina Torres Molina como co guionista, actriz y cantadora, en un largometraje donde la belleza de imágenes de la naturaleza del camarógrafo Benjamín Cabral  contrasta con la situación de dos hermanas,  de las cuales, la más grande tendrá celos de que la fiesta de su hermana de pubertad sea más grande que la suya y tomará como excusa esto para meterse en el tema del consumo del cristal. La otra hermana absorta en sus preocupaciones va a dejar de lado los casetes que su abuela le regala como herencia de las canciones que cantaban sus ancestros. Fuera de maniqueísmos, ninguna de las hermanas está exenta de cometer de errores, la más chica sin embargo, al mantenerse fuera del riesgo de las drogas, sabe que existe una “maldición” si no se respeta la tortuga de 7 filos (a la que en los mitos de origen se le tiene en alta estima), ya que se le nombra como aquella que en los primeros tiempos se “lanzó para llegar al fondo del mar y sacar un puño de arena en sus uñas para que exista la tierra” y esta situación se recuerda a partir de pintar puntos y líneas en el rostro, lo que mantiene a la población humana en una profunda relación con su entorno natural. Nos menciona Alejandrina Espinoza: “Cada diseño representa un mensaje que expresa profunda sensibilidad y respeto a la naturaleza que les rodea” (Espinoza 1997:17) así que con su madre, la hija menor al darse cuenta de lo que su hermana ha hecho, va a  devolver a una de estas “cosas tiernas pequeñas” de regreso a la playa con las canciones que ameritan la situación.  

Esta película por sus tomas de atardeceres de la población de Punta Chueca que se encuentra entre el desierto y el mar, capta no sólo los enormes cactus y los perros que viven en el desierto, sino una serie de situaciones humanas y sobre todo, contiene una importante número de canciones que antes no se han registrado y presentado en pantalla grande, con el plus de contar con el grupo de “Hamac Caziim”  o fuego divino (un grupo de rock que se formó desde 1995). A través de una historia bien contada nos llevan entre sueños y situaciones que enfrentan las y los protagonistas a entender situaciones que están viviendo los concaác en la actualidad, como lo es la trasmisión de tradiciones a nuevas generaciones, la increíble relación que guardan con su entorno y sobre todo nos hace deleitarnos con las canciones variadas que pueden escucharse. Es por ello que al final de la proyección me he parado de pie y aplaudido lo más fuerte que he podido. Hacia años que no veía un trabajo cineasta con tal nivel de comprensión de la cultura proyectada y para ser sincera, de no ser por Antonio Coello, dudo que hubiera existido algo igual con los conca ac que suelen mantener sus reservan con extranjeros en sus tierras. Me pareció una película ficción que ciertamente tiene algo de documental pero rebaza esa categoría para erigirse como una película hecha con y desde un pueblo originario poco conocido. Espero que tenga una distribución amplia y que algún día muchas personas de todas las edades puedan deleitarse con la obra. Felicidades a todo el equipo que trabajó en ella. Para Radio Zapote Imuris Valle.  

Bibliografía: 

Branif C Beatriz (1976) “Tribus de  Sonora” en  Los Seris en Panorama Histórico antropológico, mecanoescrto, Hermosillo, Sonora  

McGee William (1971) Los Seris. Instituto Nacional Indigenista 

Espinoza Alejandrina (1997) La historia en el rostro. Dirección General de Culturas Populares y Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. 

Moser Edward (1993) “Guía bibliográfica de las fuentes para el estudio de la etnografía Serí” en Noroeste de México. INAH Centro Seri. 

Pérez Maya(1995) Los Seris en Noroeste. Instituto Nacional Indigenista