Posición del Comité por la Liberación de Palestina presentada durante la movilización 110 Acción Global por Ayotzinapa y México. 26 de Noviembre 2023.
¡Basta de apoyar delincuentes!
El día de hoy venimos a denunciar los crímenes del Estado de Israel contra la humanidad, contra el pueblo palestino y también contra el pueblo mexicano, pues Israel ha sido pieza clave en la violencia que vive nuestro país, y la presencia del sionismo en México ha dejado una huella muy profunda en la guerra de exterminio que existe contra los pueblos del sureste en particular y contra los pueblos del mundo en general.
El Estado de Israel, no sólo ataca a la población palestina con métodos fascistas de guerra civil, sino también con un elemento racial anti árabe, lo cual lo convierte en un movimiento racista aún peor que el nazismo alemán, que paradójicamente, persiguió al pueblo judío décadas atrás. En la actualidad, el movimiento sionista cuenta no solo con un Estado propio, sino con tecnología de punta y numerosos grupos de ultraderecha neo nazi que reivindican el asesinato y prácticas racistas contra toda la población palestina en territorios ocupados, es necesario decir de paso, que ya les han robado más del 80% de sus tierras.
Israel ha entrenado desde policías, ejército y Guardia Nacional, hasta a grupos paramilitares que de manera sistemática atacan a los pueblos y comunidades indígenas para despojarlos de sus territorios antes de que se instalen megaproyectos de muerte de empresas nacionales y multinacionales. El rol que han jugado en este sentido las agencias de inteligencia, control, seguridad y contrainsurgencia israelí en nuestro país y en América Latina, reforzando grupos del crimen organizado, grupos paramilitares y siendo partícipe en distintos golpes de Estado durante la época de las dictaduras latinoamericanas, dan fe de la naturaleza reaccionaria de un Estado nazi patrocinado por los países imperialistas, que es usado para defender los intereses de las clases dominantes alrededor del mundo. En México estas actividades se han traducido en un estallido de violencia que ha servido para que el Estado incremente los ataques contra diferentes sectores como la educación pública, y en concreto contra las Normales Rurales como Ayotzinapa, derivando en la desaparición de 43 de nuestros compañeros normalistas en 2014.
En México la comunidad sionista es un pilar de la burguesía nacional, con negocios puestos en tecnología del agua que es importada de Israel pero que en México ha resultado inservible, con inmobiliarias que despojan de ese recurso a las ciudades de Naucalpan y Huixquilucan, y sobre todo con negocios de seguridad y vigilancia que les venden a autoridades locales para criminalizar la pobreza y a los habitantes que son expulsados por la gentrificación de sus barrios. La burguesía sionista en México tiene fuertes lazos con todos los partidos políticos, tanto el partido en el gobierno como en la oposición.
Tampoco podemos pasar por alto, la manera en que el Estado de Israel ha tratado de incidir en la política local, mediante la empresa para estatal Mekorot, la cual en Palestina controla el suministro de agua para mantener a los refugiados sin agua o con agua de muy mal calidad. Esta empresa ha intentado imponer en México una Ley General de Aguas con fines privatizadores con ayuda del entonces Director general de la CONAGUA, el israelí David Korenfeld.
Por si esto fuera poco, como en Palestina, en México también padecemos las políticas de segregación de los Estados Unidos a través de su muro fronterizo, el cual pueden atravesar ellos sin problema, pero los mexicanos debemos pasar por filtros rigurosos, demostrando en los hechos, que los gringos tienen todos los derechos de migrar, pero nosotros no. En nuestro propio país, donde hay comunidades de gringos, los mexicanos somos segregados económica y políticamente, y ante el incremento de la crisis en América Latina, producto de las constantes intervenciones imperialistas, el gobierno mexicano es brazo armado de la política fronteriza yanqui, usando al ejército y a la Guardia Nacional para perseguir y detener a cualquier persona pobre que intente lograr el “sueño americano”. El pueblo palestino sufre una segregación mucho peor que la nuestra, pero podemos ver una marcada tendencia por ese camino en México y otros países del sur global, mientras que el territorio palestino funciona como laboratorio de los países imperialistas para la segregación y el exterminio sistemático de pueblos enteros.
La clase dominante mexicana, que no padece de este tipo de segregaciones, tiene negocios con el Estado apartheid de Israel, ya sea a través de las plantas de cemento de CEMEX, o de la producción de pan en la que Bimbo tiene inversiones. Estas empresas multinacionales mexicanas, no contentas con explotar a la clase obrera de su propio país, también se benefician con la ocupación y con la matanza de niñas y niños palestinos, que hoy se cuentan en más de 6 mil desde el día 7 de octubre.
Desde nuestro humilde esfuerzo hemos realizado una acción en días pasados para bloquear momentáneamente las oficinas de CEMEX en la Ciudad de México. En Estados Unidos, en Reino Unido y en Italia, activistas han bloqueado buques con armamento para Israel. Hutíes yemenís han desplegado a sus fuerzas para tomar buques que son propiedad de una empresa israelí. Sudáfrica ha enviado el caso a la Corte Penal Internacional, Bahréin, Belice, Bolivia, Chad, Chile, Colombia, Honduras, Jordania y Turquía ya han tomado medidas en contra de Israel de alguna u otra manera. Pero el gobierno mexicano se rehúsa a pasar de su pacifismo burgués que solamente solapa el genocidio. Es claro que esta falta total de acción se debe al peso importante que tiene la burguesía sionista en nuestro país y a la sumisión que tiene el gobierno mexicano con Washington, quienes son los principales patrocinadores de esta guerra de exterminio.
Si bien, una de las demandas centrales del movimiento de solidaridad con Palestina es la exigencia de que el gobierno mexicano rompa relaciones con Israel, no podemos omitir la simulación que se ha construido en torno al caso de Tomás Zerón de Lucio, uno de los artífices de la llamada “verdad histórica” que pretendía encubrir el crimen de desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa. El gobierno israelí ya anunció hace unos años su negativa a entregarlo, como represalia contra México por ser de uno de los países que en el pasado han apoyado indagatorias de la ONU sobre los crímenes de guerra de Israel contra el pueblo palestino.
El gobierno actual ha dicho que ha escrito cartas al gobierno de Israel, pero sabemos que no ha habido respuesta, y que cualquier supuesto avance en su extradición es pura simulación. Si el gobierno mexicano realmente quisiera traer de vuelta a Tomás Zerón, habría usado una táctica muy similar a la que usó para traer de vuelta a Salvador Cienfuegos cuando fue detenido por agentes anti drogas en Estados Unidos en ese momento, a quien, por cierto, lo trajo de vuelta para exonerarlo y después condecorarlo, siendo que él también tiene cuentas pendientes con el caso de Ayotzinapa.
Si el gobierno mexicano realmente quisiera traer de vuelta a Tomás Zerón de Lucio, levantaría una fuerte protesta diplomática en primer lugar, contra los crímenes de guerra de Benjamín Netanyahu y el Estado de Israel contra el pueblo palestino. En segundo lugar, pondría sobre la mesa, la amenaza de romper relaciones con Israel, si este no trae de vuelta al arquitecto de “la verdad histórica”, pero sabemos que esto no va a ocurrir, porque el gobierno mexicano, además de convertirse en abogado de un general vinculado al narco, ha dejado claro ante los medios de comunicación de todo el mundo, que pase lo que pase, no romperá relaciones con el Estado Genocida de Israel.
Con esta protesta, queremos dar a conocer y dejar por sentado, que el gobierno racista de Israel mantiene una complicidad con la criminal guerra contra las drogas que ha convertido a nuestro país en una fosa común y un infierno para nuestros hijos, y que es un obstáculo en la búsqueda de verdad y justicia para el caso de Ayotzinapa, y que, al mismo tiempo, nuestro gobierno y nuestra clase dominante, tienen una fuerte complicidad con el Genocidio en Gaza, por lo que somos los oprimidos de nuestro país los que nos solidarizamos con los oprimidos en Palestina, y decimos que nuestra lucha contra el imperialismo de este lado del mundo, es también una lucha contra la ocupación criminal y contra el Genocidio Sionista israelí.
¡De México a Palestina, los muros de las fronteras serán derribados por la clase obrera!
¡Por una Palestina libre, desde el río hasta el mar!
¡Alto al genocidio contra el pueblo palestino!
¡Justicia para Ayotzinapa!
¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!