[COMUNICADO] ¿Dónde están nuestros familiares desaparecidos? – Colectivos del Estado de Guerrero

Al pueblo de México

A las organizaciones sociales y de Derechos Humanos

A los medios de comunicación

La lucha de los pueblos en busca de igualdad, por el derecho a una vida digna, a la autodeterminación comunitaria, en su lucha contra la discriminación y por el respeto a los derechos humanos, ha motivado la participación de los habitantes que pacíficamente han luchado y enfrentado a los cuerpos de seguridad de los gobiernos autoritarios.

La lucha por los precios de garantía en el campo mexicano, así como en otros sectores de la población por democracia y mejor salario para los trabajadores del campo y de la ciudad y por el respeto irrestricto de género, son causas justas por las que se ha luchado y se seguirá luchando. Por trabajo, contra la exclusión en educación, y por todos los derechos sociales que nos asisten.

Los derechos ignorados y no atendidos o en su caso, arrebatados, dan pie al descontento colectivo produciéndose los enfrentamientos entre población civil y quien gobierna, recordemos lo sucedido en las décadas de los 60s, 70s y 80s del siglo pasado en el Estado de Guerrero y otras entidades del país.

Los movimientos por reivindicaciones sociales han sido objeto de censura por quienes gobiernan sin escuchar y sin resolver las demandas ciudadanas. Los gobernantes del pasado junto con su Estado golpearon y desacreditaron las protestas justas del pueblo, dejando una historia negra plagada de injusticia e impunidad, torturadores de esos regímenes sin escrúpulos responsables de encarcelamientos, maltratos de personas inocentes, detenciones y desaparición de cientos de ciudadanos, la mayor parte del Estado de Guerrero.

En Atoyac de Álvarez, Guerrero se escenificó una gran masacre de personas, hechos llevados a cabo por el gobierno de esos años. El día 18 de mayo de 1967 se realizaba un mitin pacífico en la plaza cívica de esta ciudad en contra del despotismo de la directora de la Escuela Primaria Juan N. Álvarez. Padres de familia, profesores de dicha escuela y contando con la presencia del profesor Lucio Cabañas Barrientos en apoyo solidario dio inicio el acto.

El mitin se llevaba en paz, sin embargo, la policía comenzó a amedrentar a los manifestantes a tal grado que motivó el principio de la represión. Hubo disparos por todos lados, la gente caía, otras presas de terror corrían para ponerse a salvo, entre ellas, alumnos de dicha escuela que se encontraban en la hora del recreo. El gobierno se ensañó cobardemente contra la población indefensa, jamás atendieron las demandas de los padres de familia y personal docente pero si jalaron del gatillo para acallar las voces de los ciudadanos inconformes.

A consecuencia de estos hechos, el profesor Lucio Cabañas Barrientos a quien querían asesinar en el mitin toma la decisión de remontarse a la sierra para salvar su vida. Ya estando en la sierra por medio de comunicados y publicados en los periódicos de la región nos enteramos de la existencia del “Partido de los Pobres” creado y comandado por el profesor Lucio.

El pueblo no es rebelde, lo hacen ser rebelde cuando tienen como respuesta a sus demandas, la represión y el asesinato.

El gobierno lo buscaba por toda la serranía del Estado de Guerrero con la finalidad de apresarlo o asesinarlo iniciando las fuerzas militares y policiacas la detención de personas en busca de información. En ese momento son detenidos, golpeados, torturados, encarcelados y algunos lograron su libertad pero abandonaron su lugar de origen por temor a una reaprehensión. Otros fueron detenidos y desaparecidos que hasta nuestros días no sabemos nada sobre su paradero. La bestia se nos vino encima, muchas personas inocentes fueron víctimas de la represión sufriendo golpes en todo el cuerpo como es el caso del señor Julio Hernández Hinojosa originario de San Martín de las Flores, municipio de Atoyac de Álvarez, a quien los militares le destrozaron las vísceras ocasionándole la muerte.

Otro caso, el señor Celso Llanes Serafín le deshicieron los testículos y aun así, lo mantenían encarcelado hasta que fue dado libre. Sentía que ya no lo contaría – comentaba. ¿Y a nuestros familiares que tanto no les habrán hecho? Así como estos casos hay muchos más. Las detenciones empezaron a darse desde la década del 60 dentro del periodo de “Guerra Sucia”.

En las tomas de poblaciones llevadas a cabo por los soldados y policías se nos robó a los campesinos todo tipo de pertenencias como: insumos de alimentación, ganado, chivos, puercos, gallinas, frijol, maíz, caballos, bestias mulares, perdimos por años el levantamiento de cosechas de café, ya no pudimos trabajar la tierra para sembrar granos, tuvimos que salirnos de nuestras comunidades por miedo. No conforme con eso nos quemaron nuestras casas, lo más repugnante es que nos hayan arrebatado a nuestros seres queridos que no hemos vuelto a ver. Exigimos que los daños que nos ocasionaron se nos repare de manera justa.

Reclamamos la reparación de los daños que nos ocasionaron, del robo descarado que el Estado mexicano hizo con nuestras pertenencias materiales.

Exigimos una reparación en los más altos estándares nacionales e internacionales.

Aún recordamos los momentos de angustia, de miedo y de impotencia cuando militares y policías tomaban nuestras poblaciones despojándonos de nuestras pertenencias, haciendo destrozos de nuestras casas, torturando a pobladores inocentes en busca de información, haciendo detenciones arbitrarias de personas y posteriormente desapareciendo a cientos de ellas. Esta es la realidad nadie nos la contó, vivimos ese infierno en carne propia.

Algunos familiares de personas desaparecidas que lucharon por conocer el paradero de sus seres queridos se han ido, han fallecido, se han llevado a la tumba el dolor de no haber encontrado a sus ausentes.

No podemos perdonar a aquel militar y policía que nos torturaron, que nos quemaron nuestras viviendas, que robaron nuestras pertenencias y nos arrebataron a nuestros seres queridos. Sólo Dios perdona. Nosotros no. No podemos olvidar porque fue nuestra sangre la que se llevaron. Ni perdón ni olvido. Verdad y justicia. Castigo a los responsables.

Hoy estamos presenciando los trabajos de un nuevo gobierno, con un presidente del que se esperan cambios en las atenciones a las reclamaciones que venimos presentando los familiares de nuestros desaparecidos y sobrevivientes. No queremos más simulaciones, queremos hechos.

Esperamos que el gobierno actual cumpla con hacer justicia y se castigue a las instituciones del Estado por todo el daño que nos ocasionaron y porque nos devuelvan a nuestros familiares desaparecidos. Si fallecieron a consecuencia de la tortura a que fueron sometidos o si fueron directamente asesinados que se nos diga. Queremos conocer los pormenores de cada uno de ellos, que digan dónde están para ir por ellos, estén vivos o estén muertos.

Nos preguntamos: ¿Dónde están nuestros familiares desaparecidos? El dolor aún no se extingue porque nos hacen falta nuestros ausentes. En ese periodo de guerra de lesa humanidad soldados y policías acatando la orden del Estado, destruyeron pueblos enteros atentando contra personas inocentes. Exigimos esclarecimiento de los hechos por un pasado que aún nos duele.

Le pedimos al presidente López Obrador, desde Atoyac de Álvarez, Estado de Guerrero, se dé seguimiento a la búsqueda de nuestros familiares, conocer la verdad sobre sus paraderos y se castigue a los responsables de la desaparición forzada de nuestros familiares. A medio siglo de las detenciones y desapariciones de nuestros familiares seguimos adelante y no nos cansaremos porque es la sangre de nuestros ausentes la que exige justicia.

Los Colectivos del Estado de Guerrero estamos dentro del proceso de verdad, justicia, búsqueda y reparación. Le informamos que hemos venido solicitando una reunión con el Subsecretario de Derechos Humanos de Gobernación Alejandro Encinas y no ha dado una respuesta.

Que nuestra voz se siga escuchando, que no hemos flaqueado a pesar de los años transcurridos. Porque ¡Vivos se los llevaron! ¡Vivos los queremos!

Asimismo, vaya nuestra solidaridad a las madres y los padres de los estudiantes normalistas de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero, detenidos y desaparecidos por el Estado mexicano el 26 y 27 de septiembre de 2014 en la Ciudad de Iguala, Guerrero, y por el esclarecimiento del asesinato de estudiantes, como los lesionados de esa misma fecha.

Nuestra solidaridad con los miles y miles de familiares que sufren por la desaparición de sus seres queridos y por la libertad de los presos políticos del país. Presos por defender sus derechos y por todos los luchadores sociales que han sido asesinados resistiendo las agresiones del Estado y por todos los desplazados. Así como, los que luchas en defensa de sus territorios y recursos naturales.

Hacemos un llamado a las organizaciones sociales de México y del mundo a la solidaridad con nuestra lucha por conocer la verdad y se haga justicia.

Por último, agradecemos a los medios de comunicación su presencia a este acto de protesta y los exhortamos a estar pendientes de nuestro proceso. Muchas gracias.

Movimiento por la verdad y la justicia de familiares de personas desaparecidas de la “Guerra Sucia” de los años 60s, 70s y 80s.

Unión de Colectivos del Estado de Guerrero

19 de febrero de 2022