*Posición del Comité por la Liberación de Palestina, frente a la participación de CEMEX en el genocidio y apartheid contra el pueblo palestino*
Desde las oficinas centrales de Cementos de México (CEMEX), denunciamos como Comité por la liberación de Palestina, la participación de esta empresa en el genocidio y apartheid que el Estado sionista de Israel comete contra el pueblo palestino.
CEMEX es una de las empresas mexicanas que se benefició con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte que se firmó en 1994 y con la firma del Tratado de Libre Comercio que firmó México con Israel en el año 2000. Desde entonces, CEMEX se convirtió en una de las mayores multinacionales de nuestro país, consolidando su presencia en más de 50 países, basando su expansión en la explotación sistemática de la clase obrera a nivel nacional e internacional.
Entre las filiales que tiene CEMEX, existe una particularmente criminal, que opera en Palestina Ocupada, la cual posee plantas de concreto y hormigón, y se benefició de la construcción del muro de segregación que sostiene el Apartheid contra el pueblo palestino en Cisjordania. CEMEX también se ha beneficiado de los puntos de vigilancia y control que el ejército sionista criminal contra la población palestina. Al mismo tiempo, ha sido promotora y beneficiaria en la construcción de asentamientos ilegales de avanzada por parte de sionistas civiles armados (es decir, grupos de extrema derecha) que se han asentado ilegalmente en territorio palestino, cuyos crímenes son protegidos y solapados por el ejército israelí.
El Apartheid que ha construido Israel en colaboración con CEMEX en Cisjordania, limita la movilidad y la libertad de los palestinos que habitan su tierra y manteniéndolos prisioneros en su propia tierra y en su propio hogar, recibiendo un trato indigno como si no les perteneciera, obedeciendo a una política racista y fascista que el Estado de Israel lleva a cabo desde hace más de siete décadas.
Desde aquel entonces y hasta la fecha, Israel ha ocupado y arrebatado con métodos de guerra civil más del 80% del territorio de la Palestina histórica, cometiendo los crímenes más horrendos que cualquier persona pueda imaginar, desde abusos sexuales tumultuarios, ejecuciones sumarias, toma de rehenes, enjaulamiento masivo de civiles y asesinatos al azar por las calles palestinas por mera diversión. En pleno 2021, el Estado sionista organizó redadas y desalojos de familias palestinas en Jerusalén, además como el despojo de sus tierras de cultivo. Esta situación ha propiciado el nacimiento de varios grupos armados palestinos para ejercer el legítimo derecho a la autodefensa a través de la Tercera Intifada, esta última palabra, quiere decir “levantamiento” en lengua árabe.
Todo esto sucede bajo el cobijo y beneplácito de los países imperialistas que también nos explotan en suelo mexicano, que a través de sus multinacionales (principalmente norteamericanas y canadienses) contratan grupos armados del crimen organizado, para despojar a nuestros pueblos originarios de sus territorios bajo métodos muy parecidos a los que Israel implementa contra el pueblo palestino, de hecho, la mayoría de los sicarios y paramilitares que operan en nuestro país, son entrenados por empresas israelís, que actúa como el sicario del imperialismo y las multinacionales que dominan la economía mundial.
CEMEX como empresa multinacional de origen mexicano, comparte la misma insensibilidad que cualquiera de sus similares en el extranjero, pues los actos de ocupación de territorios ajenos bajo los métodos más viles, no le ruboriza a la cementera en la medida que estos crímenes de lesa humanidad y la muerte de más de 5 mil niños en la actual ofensiva sionista, siguen engordando las cuentas bancarias de la familia Zambrano.
Al igual que Palestina, México es un país sometido por un Estado Imperialista que explota nuestra tierra y nuestra mano de obra, define nuestra política interior y exterior. No conforme, ha construido un muro fronterizo siguiendo los pasos de los experimentos racistas de su Estado sicario en territorio palestino, además de imponer una política de guerra desde hace varias décadas a través de la “guerra contra el narco”, planteando a los pueblos del mundo, que el problema de nuestro país es el narcotráfico y no el capitalismo.
Los intereses imperialistas que promueven la muerte de miles de mexicanos pobres cada año en la guerra contra las drogas, operada tanto por las instituciones de inteligencia gringas e israelís como STRATFORD, bajan la línea a seguir al poder ejecutivo, las fuerzas armadas y grupos narco-paramilitares, que se encargan de desplazar comunidades enteras mediante métodos de guerra civil, antes de que se asiente un megaproyecto financiado por las multinacionales norteamericanas y canadienses.
En nuestro país, tanto la Guardia Nacional, como las policías locales (por ejemplo, la de la Ciudad de México), reciben entrenamiento de empresas israelís, sus métodos y políticas, son las mismas que implementa el estado nazi fascista de Israel en contra de la población palestina.
Por ello, como trabajadoras y trabajadores mexicanos, le decimos al pueblo palestino, que su dolor es nuestro dolor, que su sufrimiento es nuestro sufrimiento, y que su lucha de liberación contra un Estado opresor patrocinado por criminales de cuello blanco, también es nuestra lucha.
La guerra de liberación nacional que mantiene la resistencia palestina, es la misma guerra de liberación que libró nuestro país contra el colonialismo español. La resistencia contra el apartheid racista que libra el pueblo palestino, es la lucha que libran los pueblos originarios de México en la defensa de sus territorios, posicionándose como guardianes y guardianas de la vida.
Expresamos desde este lugar, nuestra solidaridad total en contra de la opresión que vive el pueblo trabajador palestino, contra la segregación racial, de clase y de género, porque el patriarcado, es también una forma de dominación imperial, que impone la voluntad de un sector de la sociedad sobre otro. En palabras de los viejos revolucionarios, “un pueblo que oprime a otro pueblo, no puede ser libre”.
En una sociedad, en donde una empresa cementera es propiedad de las y los trabajadores, la producción es orientada a construir escuelas, hospitales y centros recreativos para las familias trabajadoras, mientras que, bajo el capitalismo, este tipo de empresas, “viene chorreando sangre y lodo por todos los poros desde su nacimiento”.
*¡De México a Palestina, los muros de las fronteras serán derribados por la clase obrera!*
*¡Abajo el régimen de segregación impuesto en tierras ocupadas bajo el beneplácito de empresas cementeras, sean mexicanas o del país que fuere!*
*¡Fuera CEMEX de territorio palestino!*
*¡Viva la resistencia del pueblo palestino contra la ocupación!*
*¡Viva la tercera intifada!*
*¡Viva la clase trabajadora internacional!*